Trabajo móvil: ¿qué es, cuáles son sus ventajas y cuál es la diferencia con el home office?

El trabajo móvil, también llamado workshifting, es una modalidad en la que los empleados no tienen un lugar físico asignado desde el que desempeñar sus funciones. 

Es decir, la empresa permite que el empleado seleccione libremente su lugar de trabajo. Puede elegir desde dónde trabajar y con qué dispositivo. Se caracteriza porque es una forma de trabajo ligada a las tecnologías de la información y comunicación. 

El trabajo móvil, generalmente, logra que los empleados estén más satisfechos con la empresa y con el trabajo en sí porque ofrecer la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar fomenta la conciliación familiar y profesional, y este es uno de los aspectos más valorados por los empleados. 

De esta manera, se tiende a ser más productivo en el horario de trabajo, ya que se valora positivamente el esfuerzo y la importancia que da la empresa al bienestar de los empleados.

Home office significa oficina en casa. Es la adaptación de un espacio del hogar para trabajar. Esta modalidad, normalmente, se combina con el trabajo en la oficina. Unos días se trabaja desde la sede empresarial y otros desde casa. Las condiciones laborales son las mismas en cualquier caso, así como la duración de la jornada laboral. 

Por su parte, el trabajo móvil es aquel que se realiza fuera de la oficina pero no necesariamente en casa. Permite desarrollar su actividad en cualquier lugar, desde cafeterías hasta espacios de coworking e, incluso, desde otro país, por poner algunos ejemplos. 

Es una modalidad de trabajo que facilita la flexibilidad horaria. Se caracteriza por coordinar los trabajos en base a objetivos. Es decir, no importa tanto el tiempo empleado mientras se cumplan las metas establecidas.  

Son muchas las ventajas que ofrece el trabajo móvil. Aunque antes de implementarlo en una empresa también hay que tener en cuenta las posibles desventajas o desequilibrios que podría generar si no se organiza y ejecuta adecuadamente. 

• Mejora de la productividad. Los empleados organizan su jornada libremente de forma más eficiente. Marcan su jornada en función de las metas que tienen que cumplir. De esta manera, durante el tiempo de trabajo son más productivos, con todo lo que ello implica. Permite tener más tiempo para la vida personal, ya que sacan el máximo provecho al tiempo de trabajo. Y, con ello, los beneficios para la empresa incrementan.

• Conciliación de la vida personal y laboral (también llamada work-life balance). Además de la flexibilidad horaria, el trabajo móvil se caracteriza por permitir trabajar desde cualquier lugar, lo que facilita la adaptación a las necesidades personales. Por ejemplo, cuando los hijos tienen festivos y el trabajador no, cuando surge una urgencia de llevar a un familiar al médico, etc. 

• Mejora el employer branding de la empresa. Los beneficios del trabajo móvil anteriormente mencionados, y especialmente la conciliación, hacen que la imagen de empresa se desarrolle favorablemente a ojos de los empleados. Pone en valor que la empresa busca el bien de sus trabajadores y su satisfacción. 

• Reducción de costes. Todos aquellos derivados de mantener abierta una oficina: equipos, luz, infraestructura, etc. 

• Atracción del talento. Las personas buscan trabajos donde compaginar su vida laboral y personal sea sencillo, donde las horas de trabajo no sean excesivas y se ahorren tiempo y dinero en transporte. Estas son algunas ventajas del trabajo móvil. Por ello, todas aquellas empresas que ofrecen está modalidad de trabajo tienden a atraer más talento. 

• Permite cumplir con la normativa de control horario del mismo modo que las modalidades presenciales, gracias a herramientas digitales que permiten fichar en el trabajo según los requerimientos que marca la ley.

• Estas ventajas son aplicables a todo tipo de trabajadores y rangos jerárquicos del organigrama: desde trabajadores a tiempo parcial o completo, hasta directivos o empleados en prácticas.

• Costes. Si la empresa no realiza una adecuada gestión de los costes, estos podrían repercutir en los empleados y dañar la percepción que estos tienen de la corporación. 

• Horarios. Hay dos aspectos opuestos en cuanto al horario. La ventaja es que hay flexibilidad, pero en ocasiones se puede difuminar al no tener un horario fijo cada día. Incluso, dependiendo de cada caso, es necesario tener disponibilidad constante, lo que podría generar fatiga laboral. En cualquier caso, son condiciones que el empleado debe acordar con la empresa antes de elegir esta modalidad de trabajo. 

• Soledad. Es un trabajo solitario, pues aunque a veces te reúnas con miembros de la empresa o realices llamadas, realmente la mayor parte de la jornada estás solo. Esto a veces afecta a la forma de trabajar e, incluso, al rendimiento. No obstante, depende de cada persona. Hay trabajadores que son más productivos si trabajan solos. 

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El trabajo móvil también se contempla en la ley. Concretamente, en la Ley de Trabajo a Distancia. En ella se establecen derechos claves como:

• Derecho a elegir esta modalidad de trabajo, es decir, es de carácter voluntario. 

• Derecho a la desconexión digital. 

• Derecho a la intimidad y protección de datos. 

• Derecho a un horario flexible. Pero siempre con un registro de la jornada.

• Igualdad de derechos, trato y oportunidades a quienes trabajan de forma presencial y remota. 

• Derecho a la promoción profesional y a formación. 

Para instaurar esta modalidad de trabajo, lo primero que hay que hacer es saber si es factible para la empresa. Para ello, es importante seguir los siguientes pasos. 

Primero, hay que hacer un análisis interno de la empresa para saber si es viable su aplicación. Es importante responder a preguntas como: 

• ¿Realmente es un trabajo que se puede realizar a distancia? 

• ¿Se cuenta con los recursos necesarios para ejecutarlo adecuadamente? 

• ¿Hay que formar a los empleados? 

• ¿Los empleados están realmente interesados en esta modalidad de trabajo?

Una vez realizado el análisis, si vemos que es viable, habrá que planificar su implementación. Para ello hay que decidir qué recursos se necesitan, cuántos empleados y quiénes van a acogerse a esta modalidad. También habrá que establecer las condiciones con cada trabajador (cuál será la jornada laboral, por ejemplo), entre otros aspectos de relevancia. 

Establecer cuáles van a ser las vías de comunicación. Al trabajar a distancia, la comunicación con el resto del equipo tiene mayor relevancia. Hay que marcar vías y horarios para que esta comunicación sea justa y efectiva. 

Para implantar este modelo de trabajo de forma definitiva, se recomienda aplicar un tiempo de prueba. De esta manera, se puede ver si es factible o no para la empresa este modelo de trabajo. Y, en función de ello, instaurarlo o no para siempre. 

A lo largo de todo el periodo de prueba, se va analizando su evolución: aspectos como el rendimiento de los trabajadores, su satisfacción, los beneficios en cifras de la empresa, la productividad, etc. 

Los empleados tienen derecho a realizar la petición a la empresa, pero el acceso al trabajo móvil debe nacer de una negociación entre ambas partes. 

En base a razones objetivas, debe haber una coordinación entre ambos que permita esta modalidad de trabajo sin que se vean limitadas las tareas y productividad que hasta ahora ha realizado el empleado que solicita su derecho al trabajo móvil. 

No. Solo en caso de los trabajadores por cuenta ajena. El trabajo móvil es una modalidad de carácter voluntario. Es decir, el trabajador tiene la opción de ir a la oficina y, en caso de trabajar en remoto, es la empresa la que se encarga de los gastos. Por tanto, los empleados no pueden deducirse los costes. 

El negocio, por su parte, sí podrá imputar como gasto la compra, por ejemplo, de un ordenador portátil para fomentar el empleo móvil de uno de sus empleados y demás materiales necesarios.

Lo más importante para que el trabajo móvil sea exitoso es, en primer lugar, que todas las herramientas, hardware, software, teléfono inteligente y tecnología en general, funcionen correctamente. En segundo lugar, que exista un compromiso por parte de los empleados. Y, por último, que la comunicación sea clara y constante.