¿Qué es ser freelance o freelancer? Guía completa

Un freelance o freelancer es una persona que trabaja de forma independiente. Ofrece sus servicios a diferentes empresas o personas, siendo habitual que trabaje por proyectos. Un freelance elige para quién trabajar, desde qué lugar y en qué momento, con toda la flexibilidad laboral que ello supone. 

Ser freelance en España tiene ventajas y desventajas si lo comparamos con la otra modalidad más común: el asalariado.  

• Flexibilidad. Control de su propio trabajo. No tiene horarios. Decide cómo, cuándo y dónde trabajar. Puede organizarse como mejor considere, teniendo en cuenta los plazos de entrega. Si un día no puede  dedicarle el tiempo necesario, lo puede compensar otro día. La clave de la flexibilidad está en la planificación y organización. 

• Conciliación laboral y personal. Está ligado con la ventaja anterior. Tener el control del trabajo y planificarlo según considere permite una mayor conciliación laboral y personal. 

• El freelance manda. Es su propio jefe, por lo que no depende de otras personas. Toma sus propias decisiones y tiene margen de maniobra para mejorar sin trabas jerárquicas u otros techos que sí puede encontrarse como asalariado y que limitarían su desarrollo profesional. 

• Ingresos inestables. Este tipo de profesionales no tiene un sueldo fijo al mes. Depende de los clientes con los que trabaje, la carga de trabajo, nuevos proyectos que pueda acometer, etc. 

• Dedicar tiempo a la labor comercial. El freelance es el responsable de conseguir sus propios clientes y retenerlos. Para ello necesitará poner en práctica cierto tipo de habilidades y mantener siempre activado el radar para captar nuevos clientes. 

• Autogestión contable y financiera. Tiene la responsabilidad total de autogestionarse, lo que también incluye el trato con los clientes y la propia gestión de su contabilidad.

Esto puede suponer un problema en clientes poco honestos que puedan tener retrasos en los pagos, morosidad, etc. Además, se generan cierto tipo de gestiones extras con Hacienda para cumplir con la normativa en contabilidad. Como por ejemplo el modelo 296 (si reside en otra parte del mundo pero genera ingresos en España) o el modelo 145. Es probable que el profesional se vea obligado a contratar a una asesoría o gestoría para que le realice estas y otras gestiones. 

O bien invertir una gran cantidad de tiempo extra en las mismas, tiempo que no podrá dedicar a conseguir nuevos clientes o a acciones que le generen ingresos. 

Un freelance y un trabajador por cuenta ajena se diferencian en muchos aspectos. El principal es que un freelance trabaja de forma independiente y autónoma, mientras que un trabajador por cuenta ajena trabaja para una empresa. 

• El trabajador por cuenta ajena tiene contrato de trabajo y un freelance no. 

• El freelance tiene que estar dado de alta en el impuesto de actividades económicas (IAE).

• Un freelance tiene que emitir factura de todos los trabajos que realiza. Un asalariado percibe sus remuneraciones mediante nóminas.

• Generalmente, un freelance no tiene una única fuente de ingresos. Mientras que un trabajador por cuenta ajena suele recibir la mayoría o totalidad de sus rendimientos económicos desde la empresa que lo tiene en plantilla. 

• Un freelancer puede gestionar la carga de trabajo como considere. Por su parte, un trabajador por cuenta ajena tiene que adaptarse al horario de la jornada laboral. 

• Los trabajadores por cuenta ajena tienen una nómina, lo que implica un salario regular. Un freelance, por su parte, recibe honorarios por proyectos y trabajos puntuales. 

• Los trabajadores por cuenta ajena en caso de despido tienen derecho a una indemnización. En el caso de un freelance, puede haber alguna penalización por finiquitar la prestación del servicio sin motivo, aunque esta debe pactarse previamente en un contrato de prestación de servicios.

• Los freelancer tienen sus propias herramientas de trabajo, mientras que a los trabajadores por cuenta ajena se las facilitan los empleadores. 

• Un asalariado despedido pasa inmediatamente a cobrar la prestación por desempleo, si así lo solicita. El freelance, por su parte, tiene que cumplir unos requisitos para acceder a lo que se conoce como prestación por cese de actividad. En cualquier caso, el proceso es mucho menos inmediato que en los asalariados. Y puede denegarse. Es posible que el freelance deje su actividad y no pueda cobrar prestación por desempleo hasta que no vuelva a ser contratado como asalariado y despedido.

• El freelance cotiza a la Seguridad Social abonando las cuotas a partir de los beneficios que obtenga por su actividad. Al asalariado se le detrae directamente de su nómina, que se negocia teniendo en cuenta esta circunstancia. El primero puede elegir cuánto cotizar a partir de unos tramos predefinidos. El segundo no tiene capacidad de elección y cotiza en función del importe de su nómina.

• Un freelance no tiene derecho a vacaciones. Dispondrá o no de ellas según se organice y si puede permitírselo. Un asalariado, sin embargo, tiene a su disposición una serie de normas que aseguran su derecho a vacaciones como permiso sin trabajar remunerado.

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Para que un freelance pueda desarrollar su actividad, tiene que cumplir una serie de requisitos legales, además de ciertas obligaciones fiscales.

• Darse de alta en el impuesto de actividades económicas (IAE). 

• Presentar declaraciones trimestrales del impuesto sobre el valor añadido (IVA).

• Presentar las correspondientes retenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF).

• Darse de alta en la Seguridad Social como autónomo, dentro del régimen correspondiente (RETA).

• Pagar las cotizaciones a la Seguridad Social.

• Emitir las facturas a los clientes para los que se lleve a cabo el trabajo. 

Con respecto al alta en la Seguridad Social, la normativa de trabajo establece que solo será necesario en actividades habituales. 

Si un diseñador web va a realizar puntualmente y de forma esporádica una página web para un cliente, no tendrá que darse de alta en la Seguridad Social. Aunque sí en el IAE para poder emitir la factura correspondiente.

Para ser un freelance, es importante tener determinadas habilidades que garantizan que el trabajo ofrecido es de valor. 

• Organización. Ser freelancer te da la libertad de trabajar desde donde quieras y cuando quieras siempre que se cumplan los plazos de entrega pactados con los clientes. Para ello, es importante organizarse y llevar una rutina para llegar a tiempo y aportar dedicación y calidad a cada proyecto. 

• Adaptación. Un freelancer tiene que tratar con diferentes clientes. Cada uno tiene unos objetivos y exigencias a la hora de solicitar un trabajo. El freelance tiene que tener capacidad para adaptarse a las necesidades de cada uno de ellos, aunque sean muy diferentes entre sí. Hay que saber tratar y comunicarse con las personas. Contar con ciertas habilidades blandas, como comunicación o empatía, resultará clave.

• Habilidades comerciales. Es imprescindible que un freelancer sepa vender su trabajo, es decir, mostrar su valor diferencial. Qué puede ofrecer mejor que la competencia. Además, una vez contratados sus servicios tiene que demostrarlo durante todo el proceso. Así gana posibilidades de ser contratado de nuevo cuando sea necesario. 

• Autocrítica. Cuando se trabaja de forma independiente, la autocrítica es una característica importante. Para demostrar el valor del trabajo, hay que saber detectar cuando está bien, mal o, simplemente, qué aspectos se pueden mejorar de cara al futuro. 

• Negociación. Hay que saber vender y dar valor a tu trabajo. Para ello, es necesario negociar precio y tiempos. Todo trabajo tiene un valor y tiene que ser recompensado. 

• Comunicación. Es fundamental en este tipo de trabajo. Es la base de todo entendimiento. Comunicarse de forma clara, directa y tantas veces como sea necesario con la finalidad de cumplir con los objetivos. 

• Contabilidad. Es necesario tener nociones básicas de contabilidad para llevar a cabo todo el control y registro de las operaciones económicas que requiere este trabajo. Hacer facturas, pagar impuestos, etc. 

No todas las profesiones se pueden ejercer como freelance. Por ello, te mostramos un listado con las más demandadas: 

• traductor

• programador

• diseñador gráfico

• contable 

• fotógrafo

• consultor estratégico

• redactor

• community manager

• asistente virtual

• mantenimiento web

• experto en marketing digital

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Conseguir clientes como freelance no es fácil. Hay dos aspectos claves para conseguirlo: darse visibilidad y ofrecer un valor distintivo de la competencia. Para ello, se pueden utilizar medios on-line y off-line. Aunque Internet y las tecnologías son fundamentales y la vía más rápida, lo cierto es que la presencialidad todavía está presente y hay que aprovecharla. 

• Las redes sociales y plataformas digitales son el mejor escaparate para mostrar el trabajo de un freelance. Mostrar lo que hace y cuáles son sus valores. Dar visibilidad a su trabajo y conectar con otros posibles clientes. Es importante aprovechar la comunicación directa que ofrecen estas plataformas. 

• La presencialidad también es importante. Acudir a eventos, conferencias y reuniones para hacer contactos y dar a conocer su trabajo. 

• Aprovechar el boca a boca. Trabajos con clientes satisfechos dan lugar a la llegada de nuevos proyectos a partir de las recomendaciones de estos.

Las plataformas on-line son necesarias para conseguir clientes, aunque, como hemos mencionado, se recomienda no dejar de lado la comunicación personal. Actualmente, son muchas las plataformas donde se pueden ofrecer servicios como freelance. Algunas de ellas: 

• Linkedin. Es la red social profesional por excelencia en la actualidad. No es exclusiva para freelance pero es una plataforma muy eficaz para encontrar clientes. 

• Workana. Es una plataforma que permite encontrar clientes de España y Latinoamérica principalmente. Se caracteriza, además, porque los clientes depositan el dinero del proyecto por adelantado: una ventaja para asegurar el trabajo del freelancer. 

• Fiverr. Es una de las plataformas más conocidas, por lo que hay más volumen de competencia. En la plataforma puedes crear tu perfil, pero también los clientes ofrecen sus propuestas, por lo que hay una doble vía para encontrar clientes. 

• Freelancer. Es la plataforma más conocida para los freelance que buscan clientes. Abarca muchos campos y es muy intuitiva. El pago de los trabajos también se hace mediante la plataforma. 

• Malt. Facilita que una empresa que tiene un determinado proyecto contacte directamente con profesionales para explicar sus necesidades y llevarlo a cabo. En este caso, profesional y empresa se ponen de acuerdo en las tareas e importe y, si se aceptan las condiciones, se inician los trabajos. 

Para empezar a ser freelancer y encontrar clientes, sigue estos consejos:

• Determinar bien los servicios que se ofrecen analizando el mercado y aportando un valor extra que llame la atención a posibles clientes. 

• Adquirir todo el material necesario para desempeñar el trabajo o el servicio que se ofrece (equipo informático, programas, etc.).

• Crear un perfil en diferentes redes sociales y plataformas freelance. Y trabajar en ellas la marca personal para posicionarse como un experto fiable en la materia.

• Establecer tarifas competitivas. 

• Detallar las habilidades como freelance ofreciendo la máxima información posible para que los clientes puedan conocer al profesional. 

• Constante formación y aprendizaje. Las exigencias cada vez son mayores y hay que mejorar constantemente. 

• Crear una agenda de trabajo para ser organizado. 

• Tomar consejos de otros profesionales freelance, bien leyendo sus propias experiencias en Linkedin o bien mediante publicaciones o libros con consejos sobre cómo ser freelance.

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Para ser freelance hay que tener, primero, conocimientos específicos sobre el servicio  que se ofrece y, segundo, hay que estar preparado mentalmente. 

Trabajar como freelancer exige una gestión individual y propia del trabajo. Es decir, no se realiza un trabajo atendiendo a las órdenes de una empresa y bajo una jornada de trabajo fija. Y para ello, es importante la mentalidad. Realmente no todas las personas están capacitadas para ello y hay que conocerse a uno mismo para saber si se podrán afrontar cierto tipo de situaciones. 

Un freelance trabaja con cierta incertidumbre. Quizás no siempre se van a tener clientes, y eso es importante saberlo. Hay etapas mejores y otras peores, y hay que saber paliar los efectos que ello puede producir, como, por ejemplo, ansiedad. 

Por lo tanto, aunque ser freelance está al alcance de cualquier persona, lo cierto es que no todo el mundo está preparado para serlo. 

Un buen freelance será metódico, organizado, con habilidades comerciales y empático, además de mantenerse muy activo y en constante formación mediante algún curso, talleres, formación reglada, etc. 

Tendrá, además, que estar económicamente preparado en caso de que se afronten periodos con menor actividad y clientes. Por lo tanto, solo aquellos que cumplan con estas características deberían plantearse iniciar una actividad freelance.

Aunque ambos trabajan de forma independiente, su significado y connotación no son exactamente los mismos, aunque hay freelancer que sí pueden ser autónomos. Las principales diferencias entre ellos son: 

• Un freelancer no tiene por qué estar dado de alta en el RETA. Un trabajador autónomo, sí. 

• Un autónomo es una figura jurídica y un freelance no. Este último es en realidad un concepto pero no tiene validez jurídica.

• El freelance se asocia a trabajos que suponen una prestación de servicios profesionales para otras empresas. Por ejemplo, un desarrollador web, un consultor medioambiental o un asesor contable para empresas. El autónomo se suele relacionar más con actividades comerciales y venta de productos especialmente enfocados al cliente final. Por ejemplo, un taxista, el dueño de un bar, etc.

Realmente, cualquier persona cualificada en las profesiones que suelen requerir trabajos independientes, como las ya mencionadas anteriormente (diseñador, traductor, redactor, …). No obstante, hay que tener habilidades y estar preparado mentalmente para lo que supone esta modalidad de trabajo independiente. 

Depende de cada persona. Un freelancer no tiene un sueldo fijo todos los meses. Depende del trabajo a realizar, del tiempo y de otros factores. También del precio de partida que establezca el freelancer por su trabajo. No obstante, es un sueldo muy variable donde hay meses que se puede lograr cifras como un sueldo medio mensual e, incluso, más, y otras veces que es necesario compaginarlo con otro trabajo. 

Para ser freelance, hay que estudiar profesiones que pueden realizarse de forma independiente y remota. Por ejemplo, un cocinero o cualquier persona que trabaje en la hostelería no podría serlo. En cambio, profesiones como diseñadores, programadores, consultores, etc. sí.