Principios del Agile: ¿cuáles son y cómo aplicarlos?

La metodología Agile, que se originó a principios del siglo XXI, tiene como objetivo agilizar una serie de tareas y optimizar recursos en relación con la gestión y desarrollo de proyectos. Originalmente, esta metodología se basaba en el ámbito informático y, más concretamente, en el desarrollo de software. Sin embargo, a lo largo de los años, han sido muchas las empresas que han adaptado esta metodología a otros ámbitos.

Para comprender en qué consiste exactamente este método de trabajo, es importante saber qué es el Manifiesto Ágil, conocido también como Manifiesto para el Desarrollo Ágil de Software. Se trata de un documento que se redactó en el mes de febrero de 2001. Diecisiete expertos de diferentes empresas de desarrollo de software se reunieron para hablar de las diferentes prácticas y modelos que empleaban para, a partir de ahí, crear un documento en el que se reunían los aspectos principales de las metodologías Agile que estaban surgiendo. Así es como nació el Manifiesto Agile, el cual se basa en cuatro reglas o valores esenciales y doce principios que las organizaciones deben conocer con detalle en caso de querer adoptar esta metodología.

Como ya se ha mencionado, el manifiesto que dio lugar a esta metodología se basa en cuatro valores o reglas claves. Son los siguientes:

• Las personas y las interacciones entre ellas tienen prioridad por encima de las herramientas y los procesos. Dicho de otra forma, lo más importante son los miembros del equipo y la comunicación interna, y los procesos de trabajo y las herramientas deben adaptarse al equipo y a la organización, en lugar de al revés.

• El trabajo con un software en funcionamiento tiene prioridad por encima de una acumulación de documentación. Esto no significa que la documentación y la información acerca del software no sean importantes. Sin embargo, hay muchas ocasiones en las que puede resultar de mucha más utilidad obtener retroalimentación de un software o producto que ya está funcionando. Dicho de otro modo, obtener feedback de los usuarios que trabajan con un producto, aunque este no esté terminado, puede ser de gran ayuda en el proceso de desarrollo y en la toma de decisiones.

• La colaboración con el cliente durante el proceso de desarrollo tiene prioridad por encima de la negociación mediante contrato. En este tipo de metodología, la satisfacción de los clientes es una de las prioridades. Por lo tanto, es indispensable poder ofrecer un producto que aporte valor. Por este motivo, la colaboración y el feedback de los clientes son elementos claves durante el proceso de desarrollo.

• Saber responder a los cambios tiene prioridad por encima del seguimiento del plan

  establecido inicialmente. El desarrollo de software, que es el ámbito al que inicialmente se aplicaba esta metodología, cambia y evoluciona constantemente, por lo que es importante saber responder y adaptarse a estos cambios. Dicho de otro modo, es más importante adaptarse a cambios y nuevos contextos que seguir un plan establecido anteriormente si este ya no está adaptado a la situación actual y las necesidades de los clientes. 

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Además de estos cuatro valores, las empresas que deseen adoptar esta metodología deben conocer los doce principios Agile.

En este tipo de metodología, la satisfacción del cliente es una prioridad. Por eso, uno de los aspectos en los que se centran los principios del Agile es la entrega frecuente y continua del software a los clientes, en lugar de esperar a la entrega del producto finalizado y completo. Esto es beneficioso porque permite obtener feedback, realizar cambios y mejorar el producto. Un software debe estar diseñado para cumplir un objetivo concreto, optimizar una tarea o solucionar un problema, por ejemplo, y realizar entregas tempranas y continuas permitirá a los desarrolladores asegurarse de que el producto final es lo que el cliente realmente necesita.

Otro de los principios del Agile es no tener miedo a los cambios y aprovecharlos como una ventaja competitiva de cara al cliente. El contexto actual y la digitalización de las empresas hace que los procesos, herramientas, necesidades y objetivos de las organizaciones cambien de manera constante. La metodología Agile defiende que es importante no temer a los cambios que deben realizarse en fases finales del proyecto, y es necesario saber adaptarse y tener flexibilidad.

En relación con el primer principio que se ha comentado, esta metodología también enfatiza la importancia de dividir el trabajo y organizar las entregas en periodos de tiempo frecuentes y más bien cortos. De este modo, es posible obtener retroalimentación de los clientes y conocer de manera continua cuáles son los aspectos que mejor funcionan y qué funcionalidades se podrían mejorar, lo cual permite aplicar estos cambios de forma temprana y trabajar de forma más eficaz.

La colaboración entre las personas que se ocupan del desarrollo del software o producto y las personas interesadas en este también es otro aspecto indispensable según los principios del Agile. La cooperación entre ambos equipos permite compartir opiniones, evitar malentendidos, aumentar la productividad y, en definitiva, trabajar de manera más ágil, que es uno de los principales objetivos de esta metodología.

Los principios del Agile también establecen que la motivación del equipo es esencial. Esto implica que los trabajadores deben obtener las herramientas, recursos y apoyo necesarios para realizar su trabajo, y los líderes de equipo deben mostrarles que confían en ellos. El reconocimiento del talento y las oportunidades de crecimiento son otros aspectos relacionados con la motivación laboral.

Según esta metodología, las conversaciones cara a cara son el método de comunicación más eficaz. Esto se debe, entre otros motivos, a que resulta más sencillo plantear dudas y ofrecer respuestas, así como evitar posibles malentendidos. Desde que surgió este método, la forma en la que las empresas trabajan ha evolucionado y, actualmente, el trabajo híbrido y el teletrabajo son muy frecuentes en muchas empresas. Por ese motivo, es importante contar con las herramientas de comunicación adecuadas.

El funcionamiento correcto del software que se está desarrollando debería ser la métrica principal que se emplea para medir el progreso del proyecto. Aspectos como el número de errores corregidos o el número de horas dedicadas al proyecto pasan a tener menos importancia si el software no funciona de manera correcta.

Esta metodología también establece que los procesos deben ser sostenibles. El ritmo de desarrollo debe ser adecuado para los miembros del equipo y constante, y es necesario evitar la sobrecarga de trabajo y las tensiones.

La excelencia técnica es un aspecto al que debe prestarse importancia a lo largo de todo el proceso de desarrollo, y no únicamente al final. Actualizar y revisar el software de manera continua permite trabajar de forma más eficaz y ágil que si se solucionan todos los errores cuando el producto está finalizado.

Es importante evitar las tareas que no son necesarias y realizar las tareas de la forma más sencilla posible. En otras palabras, es necesario dedicar tiempo a aquellas acciones y tareas que realmente aportan valor. También es posible, por ejemplo, automatizar diferentes tipos de tareas.

Otro aspecto que los principios del Agile fomentan es la autoorganización de los equipos. Es importante que el equipo trabaje conjuntamente, que no haya un exceso de control, que los compañeros de trabajo se proporcionen feedback y se adapten a nuevos cambios y que colaboren los unos con los otros. 

Finalmente, la metodología Agile también promueve la mejora continua basada en la reflexión. Los equipos deben ser capaces de analizar su forma de trabajar para poder adaptarse a nuevos contextos y situaciones y, así, mejorar continuamente.

Debido a los valores y principios que se han comentado, adoptar los principios del Agile supone diferentes ventajas. Estas son las principales:

• Permite aumentar la satisfacción de los clientes, ya que esta metodología fomenta la comunicación y colaboración con ellos.

• Ayuda a mejorar la calidad del producto, puesto que se aplican cambios y mejoras de manera constante y en base al feedback proporcionado por los clientes.

• Al revisar el trabajo de manera constante, se reducen los riesgos, se obtiene una mayor flexibilidad y se aumenta la productividad.

• La satisfacción de los empleados aumenta, y también beneficia el trabajo en equipo y el clima laboral.

• Ayuda a la empresa a adaptarse a los cambios del sector de manera más ágil y sencilla. Esto implica una mejor gestión del cambio para la empresa.

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Existen diferentes tipos de metodologías relacionadas con la gestión ágil de proyectos, así como diferentes enfoques o subsecciones, como la metodología Scrum o Kanban, entre otras. Todas tienen sus ventajas y desventajas, por lo que es importante que las empresas las conozcan con detalle para, así, poder escoger la más adecuada para su negocio.

En relación con las desventajas de los Agile principles, es importante destacar, por ejemplo, que esta metodología no siempre es la más adecuada para aquellos proyectos que son más bien predecibles. Además, al requerir una alta colaboración entre los miembros del equipo y una buena cohesión, esta metodología puede resultar complicada en proyectos de grandes dimensiones o que implican a un número muy elevado de participantes.

Por otro lado, al ser una metodología que se basa en la realización de cambios constante, puede resultar complicado definir ciertos plazos, conocer con detalle el tiempo que conllevará el proyecto y determinar ciertos costes. Además, estos cambios constantes hacen que no sea posible entregar ciertos tipos de datos y documentación hasta que el proyecto finaliza.

En el momento de adoptar esta metodología en una empresa, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

• En primer lugar, es necesario conocer bien los objetivos de la empresa y saber de qué manera se espera que los principios del Agile ayuden a alcanzarlos. También es indispensable conocer la cultura empresarial, para saber si esta es compatible con la implementación de este tipo de metodología.

• El apoyo por parte de los líderes de equipo y el asesoramiento de profesionales también son fundamentales. Es posible que muchos miembros del equipo no conozcan el proceso que se seguirá ni estén familiarizados con las herramientas que se emplearán, por lo que es esencial que los expertos guíen y ayuden al equipo.

• La empresa debe saber qué recursos tiene a su disposición y contar con las herramientas adecuadas para gestionar los proyectos. Además, como ya se ha comentado, una de las características principales de esta metodología es su flexibilidad y adaptación, por lo que es importante ir adaptando el método de trabajo a las diferentes fases y necesidades del proyecto.

• Por supuesto, es indispensable llevar a cabo un seguimiento y análisis de la evolución del proyecto, así como documentar los aspectos que mejor funcionan y aprender de aquellos que es posible mejorar. 

El principal objetivo de la metodología Agile es agilizar y optimizar una serie de tareas y recursos para mejorar la gestión y el desarrollo de proyectos.

Existen muchas herramientas diferentes que pueden resultar de gran ayuda en la implementación de la metodología Agile. Algunos ejemplos son herramientas de planificación que permitan dividir los proyectos en fases y asignar tareas a diferentes miembros del equipo; herramientas que faciliten la comunicación interna en la empresa, o herramientas que permitan compartir documentos.

El concepto Agile hace referencia a una metodología genérica o un conjunto de principios que se siguen para llevar a cabo un proyecto. Esta metodología puede enfocarse de diferentes maneras o, dicho de otro modo, abarca diferentes métodos, y Scrum es uno de ellos. Por lo tanto, Scrum es uno de los marcos de trabajo que pueden englobarse dentro del concepto de metodologías Agile.