Motivación intrínseca: qué es, cuáles son sus beneficios y cómo puedes fomentarla

Es posible definir el concepto motivación como una actitud que tienen las personas, la cual las lleva a realizar unas acciones determinadas o a tener un comportamiento concreto con el objetivo de conseguir unas metas establecidas previamente o satisfacer una necesidad. Dicho de otra manera, una persona que está motivada es aquella que se esfuerza y que enfoca sus acciones en conseguir algo que le interesa.

La motivación está muy relacionada con otras actitudes o habilidades, como pueden ser el esfuerzo, la perseverancia o el optimismo. Por lo tanto, es un aspecto muy importante, tanto para los trabajadores a nivel individual, ya que les permite sentirse más satisfechos con su trabajo, como para la empresa, ya que la motivación laboral aumenta la productividad, contribuye al compromiso de los empleados y mejora la gestión del talento, entre otros beneficios. Además, la motivación está muy relacionada con los procesos de gestión de personas y gestión de equipos.

Según la psicología, existen diferentes tipos de motivación. Entre estos, cabe destacar la motivación intrínseca y la extrínseca, que se explican a continuación:

La motivación intrínseca, en primer lugar, es un tipo de motivación que proviene del propio individuo, es decir, que no viene determinada por estímulos o factores externos, sino por un deseo interno de la persona. En otras palabras, la motivación intrínseca nace en uno mismo.

Esta motivación puede estar causada por aspectos como la curiosidad o el deseo de aprender, por ejemplo, y proporciona recompensas como un aumento de la confianza en uno mismo, una satisfacción personal o una mayor independencia.

En definitiva, la motivación intrínseca está relacionada con la satisfacción que siente una persona al realizar una actividad, y no con el resultado de esta actividad o la recompensa externa que se obtiene. Algunos ejemplos de motivación intrínseca son realizar diferentes actividades para aumentar el conocimiento que una persona tiene acerca de un tema concreto, colaborar en actividades de voluntariado o practicar un deporte que le proporciona una sensación de bienestar y satisfacción personal.

La motivación extrínseca, por otro lado, es aquella que viene determinada por factores externos o por una tercera persona, es decir, que lleva a los individuos a actuar o trabajar de una forma determinada para conseguir una recompensa externa, obtener unos resultados concretos, evitar algún tipo de castigo externo o ser reconocido por otra persona.

En el mundo laboral, el ejemplo más habitual y claro de motivación extrínseca es un aumento de sueldo. Otros ejemplos incluyen dedicar muchas horas al estudio para obtener una calificación elevada, obtener un beneficio por haber trabajado horas extras, una promoción en el trabajo o recibir elogios por parte de otras personas de la empresa por haber realizado correctamente una tarea o por haber alcanzado un objetivo.

En resumen, la motivación extrínseca está relacionada con el resultado, es decir, con la satisfacción que la persona siente al conseguir el objetivo y con los beneficios o consecuencias que esto supone.

No es posible afirmar que uno de estos dos tipos de motivación sea mejor que el otro. La motivación intrínseca es muy necesaria y puede ser más duradera, pero, en ocasiones, esta requiere de la motivación extrínseca para ofrecer los mejores resultados. Para poder aprovechar al máximo todos los beneficios de la motivación, es necesario que cada persona y cada empresa encuentre el equilibrio adecuado entre la motivación intrínseca y la extrínseca.

Ambos tipos están muy relacionados, y combinar la motivación intrínseca con la extrínseca puede suponer muchas ventajas en el ámbito personal y laboral. Hay ocasiones en las que una persona puede adoptar una actitud o iniciar una actividad como consecuencia de la motivación intrínseca, y esto puede llevarla a obtener, además de una satisfacción personal, unos beneficios externos. Un ejemplo es una persona que, por el deseo de mejorar, inicia un proceso de aprendizaje que, con el tiempo, la acaba llevando a obtener un mejor puesto de trabajo.

También hay casos en los que los trabajadores inician una actividad movidos por la motivación extrínseca, y esto les acaba ofreciendo beneficios a nivel personal. Por ejemplo, un trabajador podría iniciar unas nuevas tareas diferentes a las de su puesto de trabajo con el objetivo de obtener una promoción y podría, así, descubrir un nuevo interés personal.

La motivación extrínseca puede resultar de gran utilidad en el momento de iniciar actividades o tareas nuevas. Sin embargo, también es importante ser consciente de que un exceso de recompensas externas puede dificultar el fortalecimiento de la motivación intrínseca, y se trata de un tipo de motivación que es fundamental en las empresas.

Desarrolla al Personal Fácilmente

Mide la asistencia, progreso y cumplimiendo de la formación en la organización, con una sola herramienta centralizada y de fácil uso.

Simplifica la formación con Personio

Entre los diferentes factores que influyen en la motivación intrínseca de las personas y que contribuyen a fomentarla, es importante destacar los siguientes:

• La curiosidad o el deseo de las personas por aprender o descubrir. El hecho de que un tema o un aspecto llame la atención de una persona la llevará a querer aprender acerca de este y a explorarlo.

• El reconocimiento propio por el trabajo bien hecho y sentir que uno mismo mejora y puede aspirar a conseguir nuevos retos más complicados.

• El deseo de mejorar el conocimiento que una persona tiene acerca de un tema o ámbito.

• El deseo de ayudar a otras personas, de cooperar con los demás miembros del equipo y de sentirse parte de una comunidad.

• Querer asumir más responsabilidades para sentirse más realizado y satisfecho con uno mismo.

• El hecho de tener desafíos y querer esforzarse para vencerlos.

• Querer mejorar diferentes habilidades o adquirir competencias nuevas, como pueden ser la resolución de problemas, el trabajo en equipo o el pensamiento crítico.

Existen diferentes hábitos que pueden ayudar a las empresas a motivar a los empleados. Estos son algunos ejemplos:

Proponer nuevos desafíos y retos puede llevar a los miembros del equipo a querer adquirir nuevas habilidades y a querer esforzarse para conseguir estos propósitos. Dicho de otro modo, plantear retos puede resultar inspirador para los trabajadores y puede llevarlos a querer crecer no solamente a nivel profesional, sino también personal.

Fomentar el aprendizaje y animar y ayudar a los empleados a formarse en nuevos ámbitos y adquirir nuevas habilidades también es una manera de aumentar la motivación intrínseca. Esto se debe a que, gracias a esta formación y este aprendizaje, los trabajadores pueden mejorar en diferentes aspectos y enriquecer sus conocimientos. Es importante recordar que el aumento de la motivación de los trabajadores es solamente uno de los muchos beneficios de los planes de formación.

Un ambiente de trabajo favorable y un buen clima laboral son factores que están muy relacionados con la motivación intrínseca, ya que estos aspectos ayudan a que los trabajadores se sientan más contentos en su puesto de trabajo. También es esencial fomentar el trabajo en equipo. Por otro lado, animar a los empleados a participar en diferentes tipos de actividades voluntarias puede ser una muy buena manera de fomentar la motivación intrínseca.

Garantizar una comunicación interna eficaz y asegurarse de que los empleados son conscientes de su buen trabajo puede contribuir a que estos se sientan más motivados, contentos y satisfechos con su puesto y con la empresa. Reconocer el trabajo de todo el equipo y los logros de la empresa es importante, pero también es fundamental, por parte de la Dirección de la organización y de los jefes de equipo, asegurarse de reconocer el esfuerzo y dedicación de cada uno de los empleados.

Fomentar la motivación intrínseca en la empresa es esencial por múltiples motivos. Entre las principales ventajas que supone, cabe destacar las que se explican a continuación:

• La motivación intrínseca ayuda a aumentar la productividad laboral.

• Contribuye a que las personas adquieran confianza en sí mismas, a que sean más independientes, a que se sientan más satisfechas con su trabajo, a que sean más autónomas y a que tengan más autoestima. Hace mucho menos probable la aparición de la insatisfacción laboral.

• La motivación intrínseca es un tipo de motivación más duradera que la extrínseca. Esto se debe a que, cuando la motivación viene determinada por un factor o recompensa externos, es posible que esta motivación disminuya o desaparezca al conseguir este objetivo. En cambio, cuando la motivación es intrínseca y proviene de uno mismo, esta suele durar más tiempo.

• La motivación intrínseca contribuye al bienestar y a la satisfacción de los trabajadores, por lo que también es beneficiosa para el clima laboral y para el trabajo en equipo.

Como consecuencia, puede beneficiar la employee experience y el employee engagement.

La motivación intrínseca es aquella que proviene de uno mismo. En otras palabras, se trata de un tipo de motivación que viene determinada por un deseo interno, en lugar de por aspectos o factores externos.

Algunos ejemplos de motivación intrínseca son practicar un deporte para obtener una satisfacción personal, querer aprender una nueva habilidad o realizar actividades de voluntariado. Por otro lado, estudiar para obtener una muy buena nota en un examen, esforzarse mucho para obtener una promoción o realizar unas tareas para obtener unos beneficios concretos son ejemplos de motivación extrínseca.