¿Qué son los incentivos salariales y cómo se deben gestionar?

Los incentivos salariales consisten en una compensación económica que una organización ofrece a un empleado, de forma adicional a su salario habitual, con el objetivo de premiar su esfuerzo y trabajo.

Estos incentivos a menudo están asociados a unos indicadores o aspectos determinados, como puede ser la consecución de un objetivo concreto. Es decir, una empresa puede decidir, por ejemplo, ofrecer a sus trabajadores incentivos salariales por haber alcanzado unos objetivos previamente establecidos.

Se trata de una recompensa económica que contribuye a la retención del talento y a la motivación de los trabajadores, y también es una forma de reconocer el esfuerzo de los empleados.

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Los incentivos salariales son, como se ha comentado, un importe adicional al salario habitual de un trabajador que se abona por algún motivo concreto, como puede ser haber alcanzado unos objetivos. Estos incentivos pueden abonarse de forma recurrente o de manera esporádica, en función de las características y necesidades de la empresa y el equipo.

En términos generales, estos incentivos sirven para compensar el esfuerzo de los trabajadores y motivarlos a seguir creciendo y mejorando. Además, contribuyen al aumento de la productividad y a la consecución de objetivos.

Por otro lado, existen incentivos que pueden aplicarse a departamentos o equipos en conjunto, en lugar de a un trabajador de manera individual. Esto fomenta el trabajo en equipo y la comunicación interna, y anima a todos los trabajadores a colaborar y cooperar entre ellos.

También es importante destacar que los incentivos salariales son beneficiosos para la gestión del talento. Por un lado, contribuyen al employee engagement, puesto que los trabajadores ven que la organización valora y compensa su esfuerzo, y se sienten valorados. Por otro, son una forma de atraer nuevo talento a la empresa.

Existen muchos tipos distintos de incentivos salariales, y las empresas pueden optar por unos u otros en función de sus características, necesidades y objetivos. A menudo se habla de incentivos laborales para referirse a una compensación económica, pero es importante mencionar que, además de los incentivos salariales, también existen otros incentivos laborales que no son económicos y que también pueden ser muy valorados por los trabajadores. Algunos ejemplos son la flexibilidad horaria, la posibilidad de realizar teletrabajo u otros aspectos que forman parte del salario emocional. En cuanto a los incentivos económicos o salariales, estos son tres de los tipos más habituales:

Las comisiones son un tipo de incentivo salarial muy común en las empresas o los Departamentos de Ventas. Es habitual, en estos casos, que los trabajadores reciban unas comisiones en función de las ventas que han realizado o los clientes que han adquirido en un periodo de tiempo determinado. El importe y las condiciones deben acordarse previamente entre la empresa y el trabajador.

Otra opción habitual son los incentivos por objetivos. Consiste en ofrecer una compensación económica cuando se cumplen unos objetivos determinados que forman parte de un plan que se ha diseñado previamente. Este tipo de incentivo a menudo está asociado con la consecuión de los objetivos dentro de un periodo de tiempo específico.

También hay empresas que ofrecen incentivos económicos basados en los beneficios de la organización. Dicho de otro modo, estas empresas reparten los beneficios que la compañía ha conseguido entre los trabajadores, abonando un porcentaje de este importe.

Una nómina está dividida en varias partes, y una de ellas consiste en los devengos. Se trata de la parte de la nómina donde se especifica el importe que un trabajador cobrará por el trabajo que ha realizado en la empresa durante el periodo de tiempo al cual corresponde la nómina, antes de que se apliquen las deducciones. En esta parte de la nómina, se incluyen distintos importes, como son el salario base, el pago de las horas extraordinarias o los incentivos salariales.

El importe correspondiente a los incentivos salariales aparece, por lo tanto, en esta parte de la nómina, tras las retribuciones salariales habituales, es decir, después del importe fijo habitual que el trabajador suele cobrar cada mes.

Al tratarse de complementos salariales, el importe correspondiente a estos incentivos cotiza a la Seguridad Social, y también es necesario aplicar la retención de IRPF.

Los incentivos salariales están muy relacionados con la motivación laboral. Se trata de unas recompensas que se ofrecen a los trabajadores en unos casos determinados, por ejemplo, si cumplen unos objetivos o si contribuyen al aumento del rendimiento de la organización.

El hecho de ofrecer a los trabajadores este incentivo económico adicional por su trabajo es una manera de motivar a los empleados a esforzarse por cumplir sus objetivos, ya que la empresa compensará su esfuerzo y los resultados que obtendrán.

Además de aumentar la productividad, los incentivos laborales animan a los trabajadores a seguir aprendiendo y creciendo profesionalmente. También es posible aplicar los incentivos a un equipo o a un departamento, lo cual fomentará la colaboración y beneficiará el trabajo en equipo y el clima laboral. 

Previamente se han explicado tres de los tipos más habituales de incentivos salariales, pero a continuación se ofrecen varios ejemplos más específicos de este tipo de incentivos. También se ofrecen algunos ejemplos de incentivos no económicos que pueden contribuir a la motivación de los trabajadores:

• Abonar un importe adicional si se cumple un objetivo concreto antes de una fecha determinada.

• Repartir entre todos los miembros del equipo parte de los beneficios que la organización ha obtenido a final de año, en función de cómo la empresa haya crecido y cuáles hayan sido sus resultados.

• Un aumento del salario en función de los objetivos cumplidos o de la trayectoria del trabajador.

• Ofrecer un incentivo salarial a los empleados que recomienden a un trabajador para una vacante determinada, en caso de que la empresa contrate a dicho trabajador.

• Proporcionar formación gratuita o abonar el importe de un curso que el trabajador en cuestión esté realizando.

• Ofrecer oportunidades de promoción dentro de la compañía, las cuales están asociadas a un incremento del sueldo.

• Algunas grandes empresas ofrecen a sus trabajadores acciones de la organización.

• Una mayor flexibilidad horaria y otras medidas de conciliación de la vida personal y profesional.

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En términos generales, los incentivos salariales no son obligatorios. Sin embargo, si una empresa ha acordado con un trabajador unas condiciones concretas con respecto al pago de incentivos salariales mediante el contrato, deberá cumplir lo que se ha pactado previamente. Por supuesto, también será necesario cumplir con lo que establezca el convenio colectivo.

Es muy recomendable, al elegir los incentivos más adecuados para los trabajadores de una organización, tener en cuenta sus preferencias y opiniones, ya que esto contribuirá a aumentar su motivación y compromiso con la empresa. Por lo tanto, la comunicación interna y la escucha activa son indispensables. Por supuesto, también es importante tener en cuenta las necesidades, características y situación de la compañía.

Sí, al formar parte del salario que percibe el trabajador, los incentivos salariales cotizan a la Seguridad Social.