Despido sin preaviso: ¿cuándo está justificado?

El preaviso es un concepto que hace referencia al hecho de comunicar la finalización de un contrato laboral con antelación, cuando un trabajador decide dejar su puesto de trabajo o cuando la empresa opta por despedir a un empleado. Dicho de otra forma, si un trabajador decide poner fin a su relación laboral con la empresa donde trabaja, deberá comunicarlo a la empresa mediante un preaviso. Por otro lado, si es la empresa quien decide optar por la rescisión del contrato laboral de un trabajador, en la mayoría de los casos también deberá comunicarlo con antelación. Este preaviso puede ser oral o por escrito, aunque lo más habitual es comunicarlo mediante una carta. Debe contener unos datos concretos, como la fecha o los motivos del despido.

El despido sin preaviso se da, por lo tanto, en aquellas ocasiones en las que la empresa no comunica al trabajador la finalización de la relación laboral con el periodo de antelación correspondiente. Sin embargo, es importante saber que, según la ley, hay algunos casos en los que la empresa no está obligada a dar este preaviso al trabajador.

Existen diferentes tipos de despido, y cada uno de ellos tiene unas características distintas y supone unas obligaciones y derechos diferentes. Por ejemplo, cuando se trata de un despido objetivo, es decir, un despido que se da por causas internas de la organización, la empresa tendrá la obligación de avisar al trabajador en cuestión con un plazo mínimo de 15 días naturales de antelación. O cuando se trata de un despido colectivo, la empresa también deberá realizar un preaviso de 15 días. En ambos tipos de despidos, los empleados tendrán derecho a indemnización por despido, cuyo importe corresponderá al de 20 días de salario por cada año trabajado, con un límite máximo de doce mensualidades. La empresa también deberá realizar el preaviso en caso de ERTE o suspensión temporal del trabajo.

Existen ciertos tipos de contratos que es posible rescindir sin preaviso. Un caso particular que es importante comentar es el de los contratos temporales. Hay ocasiones en las que el contrato formalizado entre un trabajador y la empresa tiene una duración determinada, y este es el motivo por el cual dicha relación profesional finaliza. Según lo que establece el Real Decreto 2720/1998, “siempre que el contrato tenga una duración superior a un año, la parte que formule la denuncia está obligada a notificar a la otra la terminación del contrato con una antelación mínima de quince días, excepto en el contrato de interinidad en el que se estará a lo pactado”.

Por lo tanto, si el contrato temporal dura más de un año, y la empresa o el trabajador desean poner fin a la relación profesional, deberán comunicarlo con antelación. Sin embargo, en aquellos casos en los que la duración de dicho contrato temporal sea inferior, no existirá esta obligación legal.

También sucederá lo mismo en el caso del contrato formativo: la empresa únicamente deberá realizar el preaviso de 15 días cuando la duración del contrato sea superior a un año. Otro caso particular es el del contrato fijo discontinuo. Se trata de un tipo de contrato indefinido que tiene periodos de actividad y periodos de inactividad y que no tiene preaviso, a menos que sea para comunicar al trabajador el fin de la campaña.

Hay algunas ocasiones en las que la empresa puede despedir a un trabajador sin tener la obligación legal de realizar un preaviso de 15 días. Se trata de los casos siguientes:

Cuando se lleva a cabo un despido disciplinario, la empresa no tiene la obligación de avisar al trabajador en cuestión con antelación. Este despido se da cuando el empleado comete algún incumplimiento grave según lo contemplado en el Estatuto de los Trabajadores. Aunque la empresa tiene la posibilidad de avisar al trabajador con antelación, esto no es una obligación legal, y la organización tiene la opción, si así lo desea, de llevar a cabo el despido el mismo día en el que lo comunica al empleado. En este caso, la empresa deberá pagar el finiquito, pero el trabajador no tendrá derecho a indemnización.

También es importante saber cómo funciona el preaviso en periodo de prueba. Cuando un trabajador está en periodo de prueba, el empresario no tendrá la obligación de comunicar su despido con antelación. Del mismo modo, en caso de que sea el trabajador quien desea no continuar con la relación laboral, tampoco tendrá la obligación de realizar un preaviso a la empresa.

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Generalmente, el procedimiento para realizar un despido consiste en varios pasos, entre los cuales se encuentra, en primer lugar, el preaviso. Como ya se ha comentado, en la mayoría de los casos, la empresa debe avisar al trabajador mediante una carta de despido en la que se indica la fecha y los motivos de la rescisión del contrato.

Como parte del proceso de offboarding, el Departamento de Recursos Humanos también deberá preparar el finiquito, que incluirá, entre otros, la parte proporcional de las gratificaciones extraordinarias que correspondan al trabajador y que este aún no haya percibido, y, cuando sea aplicable, la indemnización. Algunas empresas también optan por realizar una entrevista de salida. Esto ayuda a la organización a conocer cuáles son sus puntos fuertes y a identificar posibles áreas de mejora, entre muchos otros beneficios.

En caso de despido disciplinario, por ejemplo, no será necesario que la empresa entregue la carta de despido 15 días antes. Esta, de hecho, podrá entregarse el mismo día en el que el despido se hace efectivo. También es importante recordar que este tipo de despido no supone derecho a indemnización.

Al realizar un despido disciplinario, que, como ya se ha comentado, no suele conllevar un preaviso, existe la posibilidad de que el trabajador esté de acuerdo y firme el despido, pero también hay ocasiones en las que el empleado puede interponer una demanda por no estar de acuerdo. En tal caso, un juez decidirá si el despido debe ser considerado procedente, improcedente o nulo.

Por otro lado, es necesario saber qué sucede cuando, a pesar de tener la obligación legal, la empresa no avisa al empleado del despido con antelación. En estos casos, la empresa deberá pagar al trabajador, como parte del finiquito, el número de días de sueldo equivalente al número de días de preaviso que no haya ofrecido.

Si una empresa despide a un trabajador sin notificarlo con 15 días de antelación, deberá pagar a dicho empleado el sueldo equivalente a los días de preaviso que no haya ofrecido, a menos que se trate de un despido disciplinario, puesto que, en tal caso, no existe la obligación legal de avisar al trabajador con antelación.

Existen varios tipos de despido y solamente algunos conllevan la obligación de avisar al trabajador con antelación. En caso de despido objetivo, por ejemplo, la empresa debe realizar un preaviso, mientras que en caso de despido disciplinario no será necesario.

En caso de que una empresa realice un despido sin preaviso, a pesar de tener la obligación legal de avisar al trabajador con antelación, esta deberá pagar, como parte del finiquito, una cantidad equivalente a aquellos días de preaviso que no haya ofrecido al empleado.