Contrato 420: lo que necesitas saber para su implementación en tu empresa

El contrato 420 es un contrato de prácticas. Dicho de otro modo, se trata de un contrato que tiene como objetivo principal proporcionar la oportunidad de adquirir experiencia profesional a personas que han obtenido, recientemente, un título universitario concreto, un grado de formación profesional u otro título reconocido. Se trata, por lo tanto, de una manera de atraer talento joven a la organización y, al mismo tiempo, de ofrecer a personas jóvenes la oportunidad de iniciarse en el mundo profesional.

El código 420 hace referencia a un tipo de contrato formativo o de prácticas que se realiza a tiempo completo. Es indispensable saber, sin embargo, que la reforma laboral de 2022 supuso varios cambios en la denominación, los requisitos y las características de diferentes contratos. Actualmente, existen dos tipos principales de contrato relacionados con la formación. Se trata del contrato de formación en alternancia, que proporciona a los trabajadores la opción de combinar sus estudios con la actividad profesional, y el contrato formativo para la obtención de la práctica profesional, con características similares al que anteriormente era conocido como contrato en prácticas. Por otro lado, el código correspondiente al contrato de prácticas que se celebra a tiempo parcial es el 520.

El contrato que anteriormente era conocido como contrato en prácticas, o contrato 420, supone beneficios tanto para la organización como para los trabajadores. Entre estos, es importante destacar los siguientes:

La captación de talento joven es una de las principales ventajas del contrato 420 para las empresas, puesto que, al contratar a personas que recientemente han finalizado sus estudios, estos trabajadores podrán aportar ideas innovadoras y creatividad a la organización. Además, la empresa contribuirá a la inserción laboral de personas que se han graduado recientemente, lo cual resultará beneficioso para los trabajadores y también para el employer branding.

Por otro lado, hay ciertos casos en los que la empresa puede obtener ciertas bonificaciones en la cuota de la Seguridad Social, y también existen bonificaciones para casos en los que este contrato se convierte en un contrato indefinido.

En cuanto a los trabajadores, la principal ventaja de este tipo de contrato es que tendrán la oportunidad de desarrollar las habilidades y ampliar los conocimientos que han adquirido mediante su formación académica. Además, no necesariamente tendrán que ser contratados inmediatamente después de la finalización de los estudios, ya que este contrato puede formalizarse dentro de un periodo de hasta tres años desde que la persona contratada terminó el grado o curso en cuestión. También es importante saber que el sueldo no podrá ser, en ningún caso, inferior al salario mínimo interprofesional.

Como ya se ha comentado, el contrato para la obtención de práctica profesional ha supuesto diferentes cambios en relación con el contrato 420. Actualmente, el contrato formativo para la obtención de práctica profesional puede concertarse con aquellos trabajadores que ya han obtenido un título universitario, un título de formación profesional, un certificado de profesionalidad o un título equivalente. No podrán haber pasado más de 3 años desde que la persona en cuestión obtuvo dicho título y, en caso de que la persona contratada tenga una discapacidad, este periodo será de 5 años.

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Además de los requisitos comentados anteriormente en cuanto a los estudios del trabajador a quien la organización contrata, las empresas también deben saber que un contrato formativo para la obtención de la práctica profesional está sujeto a estos requisitos:

• En aquellos casos en que los trabajadores hayan estudiado en el extranjero, el plazo de tiempo de 3 o 5 años contará a partir del momento en el que el título haya sido homologado o reconocido en España.

• El contrato tendrá una duración mínima de 6 meses y una duración máxima de un año, a menos que el convenio colectivo que se aplique indique una duración máxima superior.

• No podrán tener este contrato aquellos trabajadores que ya hayan realizado actividades formativas o hayan obtenido experiencia laboral en la misma empresa y en la misma actividad durante más de tres meses, a menos que se tratara de prácticas curriculares, es decir, necesarias para poder obtener la titulación.

• Sí será posible formalizar este contrato cuando la persona en cuestión haya trabajado en el mismo puesto en otra empresa, siempre y cuando no se haya alcanzado el máximo establecido por la ley.

• Una persona no podrá trabajar con este contrato un total de tiempo superior al establecido por la ley, ni en una misma empresa ni en empresas distintas, en virtud del mismo título.

Hay una serie de aspectos que las empresas deben conocer en relación con las condiciones salariales, el tipo de jornada o el periodo de prueba, entre otros, de este contrato. En primer lugar, es necesario saber que, como los demás tipos de contrato de trabajo, se debe formalizar por escrito, y hay una serie de datos que debe incluir, como el lugar de trabajo, el tipo de jornada o las tareas que el empleado llevará a cabo.

La duración del contrato será de entre 6 y 12 meses, y se podrá prorrogar una vez, siempre y cuando no se supere el límite de tiempo establecido por la ley. El periodo de prueba podrá ser de hasta un mes. Un contrato de prácticas puede realizarse a tiempo parcial o completo. Tal y como se ha comentado, el código 420 corresponde al contrato a tiempo completo, mientras que el código 520 corresponde al contrato a tiempo parcial.

En cuanto al salario, este vendrá determinado por el convenio colectivo que la empresa aplique en este tipo de contratos, o por el salario del grupo profesional correspondiente. Es importante saber que nunca podrá ser inferior al salario mínimo interprofesional. Antes de la reforma laboral, el contrato 420 podía ser de hasta dos años, y el salario debía ser el siguiente: durante el primer año, el equivalente a un 60 % del sueldo de un trabajador con el mismo puesto de trabajo, sin contrato de prácticas. Durante el segundo año, debía ser el equivalente al 75 %. 

Otros aspectos que las empresas y los trabajadores deben tener en cuenta es que las personas con este contrato no podrán realizar horas extraordinarias, a menos que se trate de casos de fuerza mayor, y que la finalización del contrato no supone derecho a indemnización por despido. También es importante saber que este tipo de contrato cotiza a la Seguridad Social, por lo que da derecho a la prestación por desempleo. Por supuesto, es necesario que el trabajador en cuestión cumpla los requisitos.

Hay ciertos casos concretos en los que las empresas pueden beneficiarse de reducciones al formalizar un contrato formativo para obtener práctica profesional. Por ejemplo, cuando se trate de un trabajador que tenga una discapacidad, la organización tendrá derecho a la reducción de un 50 % de la cuota de la empresa a la Seguridad Social por las contingencias comunes.

Por otro lado, las empresas con menos de 50 trabajadores también pueden obtener una bonificación si convierten este tipo de contrato en uno indefinido. Estas bonificaciones de las cuotas de la empresa a la Seguridad Social serán de 500 euros al año, durante un periodo de 3 años. Cuando sea una mujer quien firma el contrato, la bonificación será de 700 euros al año.

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No, un contrato 420 es un contrato de prácticas con una duración determinada, mientras que el contrato indefinido no tiene asociada una fecha de finalización.

Actualmente, un contrato de prácticas puede prorrogarse siempre y cuando no se haya llegado a la duración máxima establecida por la ley. Una vez finalizado el contrato, la empresa tiene la posibilidad de convertirlo en contrato indefinido.

El contrato 420 cotiza a la Seguridad Social. Esto significa que este contrato da derecho a la prestación por desempleo. Para poder acceder a esta prestación, el trabajador en cuestión deberá cumplir los requisitos establecidos por la ley.