Contingencias comunes: impacto y gestión en la Seguridad Social

Las contingencias comunes son aportaciones que realizan tanto empresa como trabajador para acceder a coberturas ante determinadas circunstancias.

Por ejemplo, jubilación, bajas por paternidad y maternidad, bajas por enfermedad, incapacidad laboral, accidentes y asistencia sanitaria, siempre y cuando la causa no tenga relación con la actividad laboral ni se haya producido en el lugar de trabajo. Para cubrir estas otras enfermedades profesionales o accidentes laborales tendríamos las contingencias profesionales. 

Cabe destacar que se trata de una aportación a la Seguridad Social obligatoria en España. Las contingencias comunes aparecen como deducción en las nóminas de los trabajadores. Es decir, se detraen del salario bruto, dando lugar al neto. 

Según establece el derecho laboral, las contingencias comunes dan cobertura al empleado en situaciones en las que no puede desempeñar sus funciones laborales con normalidad. Gracias a estos seguros sociales, recibe una prestación económica que sale de las aportaciones por contingencias comunes que todos los trabajadores y empresas realizan. 

De estas contingencias también dependen otro tipo de prestaciones. Este es el listado completo:

• Incapacidad temporal: baja laboral por enfermedad común o por accidente no laboral.

• Permiso de maternidad.

• Permiso de paternidad.

• Riesgos y complicaciones durante el embarazo.

• Peligros en la lactancia. 

• Jubilación. 

• Prestaciones farmacéuticas. 

• Protección sanitaria. 

• Incapacidad laboral permanente total, incapacidad laboral permanente absoluta y gran invalidez. 

• Muerte y supervivencia: viudedad, orfandad, pensión y subsidio a favor de familiares y auxilio por defunción. 

La prestación por desempleo no está cubierta por contingencias comunes. Tanto empleado como empresa abonan un porcentaje específico para que el trabajador tenga cobertura en caso de pérdida de trabajo. 

En el punto anterior se han descrito los tipos de contingencias comunes según la finalidad a cubrir. Sin embargo, hay más clasificaciones. Por ejemplo, según el tipo de trabajador. En esta clasificación encontramos a los trabajadores autónomos, es decir, que trabajan por cuenta propia, y los que lo hacen para una empresa por cuenta ajena. 

A los autónomos les corresponde pagar una cuota a la Seguridad Social del 31,20 % de su base de cotización. El 28,30 % está dirigido a las contingencias comunes. 

Los trabajadores por cuenta ajena tienen la misma obligación. Sin embargo, el porcentaje se reparte entre la empresa y el empleado. El trabajador ve retenido en su nómina el 4,7 % sobre su base de cotización, mientras que la empresa se encarga del 23,60 % restante. Por lo tanto, este último porcentaje es una de las cantidades que la empresa tiene que pagar por tener contratado un trabajador. 

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La base de cotización por contingencias comunes se calcula sumando tres conceptos. Primero, el salario base, los complementos salariales y, también, la parte de las pagas extraordinarias que corresponde a cada mes (aunque no sean prorrateadas). Por tanto, la fórmula es: 

Base de cotización por contingencias comunes = salario base + complementos salariales + pagas extraordinarias 

Se debe tener presente que la cotización varía en función del tramo salarial, que depende del puesto de trabajo. Además, la base está regulada por bases mínimas y máximas por cada grupo de cotización. 

Vamos a analizar un ejemplo. Un empleado tiene un sueldo base de 1.000 euros y cobra 300 euros por nocturnidad. Tiene dos pagas extraordinarias al año de 1.000 euros cada una. 

• Parte proporcional que corresponde por las pagas extraordinarias al mes: (1.000 x 2) / 12 = 166,66 euros

• Base de cotización de contingencias comunes = 1.000 + 300 + 166,66 = 1466,66 euros

La cantidad que el empleado y la empresa aportan a la Seguridad Social en concepto de contingencias comunes son:

• Empleado: 4,7 % de 1466,66 = 68,93 euros

• Empresa: 23,60 % de 1466,66 = 346,13 euros 

Gestionar eficientemente las contingencias comunes es posible gracias a los software de RR. HH. Entre las diferentes funcionalidades que tiene el software de Personio se encuentra la gestión y cálculo de nóminas. 

Todos los datos de los empleados y su trabajo se almacenan de forma centralizada y se transfieren a la nómina preliminar, incluido el registro de jornada y la gestión del desempeño, para aquellos casos cuyo salario sea por hora o implementen bonus por objetivos, por ejemplo. 

En cualquier caso, la preparación de las nóminas se realiza de forma automática, lo que implica también la gestión de las contingencias comunes, ya que se trata de uno de los apartados que conforman la misma. 

Una vez preparada la nómina preliminar, el Departamento de RR. HH. certifica que es correcta y se facilita al empleado, bien por correo o activando el acceso de los empleados a través de la plataforma. 

De este modo, se consigue aportar eficiencia al proceso. Disminuyen drásticamente los errores derivados de cálculos manuales, además de ahorrar una enorme cantidad de tiempo, que puede destinarse a tareas de valor añadido, y no de tipo administrativo como esta.

Las contingencias profesionales y las contingencias comunes tienen finalidades similares, pero cubren diferentes cuestiones. 

Son pagos que se realizan para recibir protección social. Sin embargo, la causa que lo origina es diferente. Las contingencias profesionales tienen lugar cuando se produce un accidente o enfermedad relacionada con la actividad laboral. Por su parte, las contingencias comunes no se relacionan con la actividad laboral. 

Por ejemplo, una contingencia común es la baja por maternidad o paternidad. Una contingencia profesional sería una baja derivada de una caída mientras se acude a una reunión. 

En el trabajo asalariado, la mayor parte de estas cotizaciones a la Seguridad Social las abona la empresa. Sin embargo, hay una pequeña proporción que se retiene del sueldo del trabajador y que se destina a la Seguridad Social por este concepto. Por lo tanto, pagan ambas partes.

Los autónomos tienen la obligación de pagar en su totalidad el porcentaje de las contingencias comunes. Deben pagar también las de los trabajadores que tengan a su cargo, en la proporción que le corresponda como empleador.