Baja por enfermedad: las claves más importantes

En el mundo laboral, siempre que hablamos de una baja, nos referimos a una suspensión temporal del contrato de trabajo debido a que el trabajador no puede ejercer su labor por una causa justificada. Como se trata de un caso de absentismo laboral justificado, el trabajador no acudirá a su puesto de trabajo y el empleador no podrá recriminarle por ello.

En el caso de una baja por enfermedad, será por motivos de salud o accidente por los que el empleado no pueda llevar a cabo su actividad laboral. El periodo de suspensión depende de la gravedad de la enfermedad o del accidente. En general, durante el tiempo completo de la baja por enfermedad, el empleado tiene derecho a una prestación económica menor que su salario por parte de la empresa.

Para saber si se trata de una baja temporal o permanente, hay que entender el concepto de incapacidad temporal e incapacidad permanente según la Seguridad Social española. Dependiendo del tipo de incapacidad que tenga el trabajador, recibirá una u otra baja.

Se trata de incapacidad temporal, según la Seguridad Social, cuando el trabajador no puede realizar su labor de manera temporal debido a enfermedad común o profesional o accidente (laboral o no). Asimismo, aplica la incapacidad temporal siempre y cuando una enfermedad profesional requiera observación médica. La baja por enfermedad tendrá una duración máxima de un año, prorrogable seis meses más si se prevé la recuperación.

En este tipo de incapacidad, el trabajador presenta reducciones anatómicas o funcionales graves tras haber sido sometido al tratamiento prescrito. Podrá ser parcial, total o absoluta, e impedirá que el trabajador continúe ejecutando su actividad laboral, por lo que hablamos de una baja por enfermedad permanente.

Para evitar sanciones en caso de una inspección de la empresa, es esencial que tanto la empresa como el empleado afectado gestionen la baja por enfermedad correctamente. Los siguientes puntos resumen los pasos necesarios:

• Justificante médico: el trabajador debe aportar un justificante médico para poder solicitar la baja por enfermedad. Este justificante debe ser duplicado. una copia para el trabajador y otra para la empresa.

• Persona autorizada: o el empleado afectado o una persona autorizada debe entregar dicho justificante.

• El pago del subsidio: a partir del cuarto día después de haber recibido el justificante médico, la empresa deberá gestionar el pago del subsidio.

Dependiendo del tipo de baja, hay que seguir un protocolo u otro:

• Baja por enfermedad o accidente fuera del trabajo: utilizando el sistema RED de la Seguridad Social, la empresa tendrá que notificar la baja del empleado, indicando la enfermedad o accidente causantes de la baja, la edad del trabajador, su cotización, su clave nacional de ocupación, el código de la provincia del centro de salud donde se realizó el parte y la información de la empresa.

• Baja por enfermedad o accidente profesional: lo primero será notificar a la mutua de la empresa por medios telemáticos. Esto debe hacerse antes del quinto día desde que reciba el parte médico. Incluso si el trabajador no solicita la baja, la empresa deberá informar de cualquier enfermedad profesional que pueda darse. 

Es imprescindible la buena gestión de todos los documentos y la correcta notificación de las bajas por parte del empleador para evitar posibles sanciones en caso de una inspección de trabajo. Por ejemplo, no notificar a tiempo una baja por enfermedad profesional se considera falta leve y puede conllevar una sanción de hasta 625 euros.

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Para acceder al subsidio de la baja por enfermedad, es importante cumplir los siguientes requisitos:

El trabajador deberá estar afiliado y dado de alta o en situación asimilada al alta en la Seguridad Social en el momento en el que se produzca la baja.

El afectado debe de tener cubierto un periodo de cotización mínimo de medio año (180 días) dentro de los 5 años anteriores a que se produzca la baja.

Se requiere un justificante médico expedido por un centro de salud autorizado. Este justificante médico puede haber sido expedido en papel o por medios tecnológicos, ya que hoy en día el médico puede emitir un parte digital en el sistema y la empresa puede consultarlo directamente. 

A través del justificante médico, la persona responsable de gestionar la baja por enfermedad obtiene las informaciones necesarias acerca del tipo y del proceso de contingencia y de la fecha de baja. De esta manera, puede estimar su duración y tomar medidas al respecto.

En general, existen tres categorías de motivos más frecuentes por baja laboral:

• Baja laboral por enfermedad común: es el tipo de baja más común, puede ser causado por una gripe, enfermedades músculo-esqueléticas, accidente, etc.

• Baja laboral por motivos psicológicos: este tipo de baja es cada vez más frecuente e incluye trastornos mentales como la ansiedad o el estrés. Esta categoría también incluye la baja por depresión.

• Baja laboral por embarazo: puede darse el caso de que la empleada no pueda trabajar hasta el último día de embarazo. En esos casos podrá solicitar una baja por embarazo. No hay que confundir esta baja con la baja por paternidad y maternidad, estas últimas se otorgan una vez el bebé ha nacido y tienen una duración máxima de 16 semanas. Aunque podrían alargarse 2 semanas por hijo en caso de partos múltiples.

Habitualmente, la empresa es responsable de, por lo menos, una parte del pago de baja por enfermedad. Dependiendo del caso concreto, la empresa deberá pagar la baja entera o no.

El empleador deberá pagar al empleado desde el día 4 hasta el día 20 de la baja un 60 % de la base reguladora. A partir del día 21, será la mutua o la Seguridad Social quien pague al empleado, ahora un 75 % de la base reguladora.

En este caso la empresa será la responsable de pagar al trabajador durante la baja. Deberá pagar un 75 % de la base reguladora del trabajador desde el día inmediatamente después de recibir la baja.

Es importante saber que la Seguridad Social solamente abonará la parte obligatoria por ley. En caso de que el convenio colectivo haya mejorado la prestación, este porcentaje será cubierto por el empresario.

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Según el artículo 38 del Estatuto de los Trabajadores, el empleado en cuestión tiene derecho a recuperar los días de vacaciones perdidas por baja médica. Es decir, si el empleado se pone enfermo durante sus vacaciones, puede coger los días de vacaciones no disfrutados en otro momento. No obstante, es indispensable que transcurran más de 18 meses desde que haya acabado el año al cual corresponden los días de vacaciones.

En caso de baja por enfermedad común, el trabajador recibirá un subsidio que será calculado de la siguiente manera: 

• Los primeros 3 días de baja no recibirá ninguna cuantía.

• Desde el día 4 hasta el 20 de la baja, el empleado recibirá un 60 % de la base reguladora en nómina pagada por la empresa.

• A partir del día 21 recibirá un 75 % de la base reguladora pagada por el INSS o la Mutua.

Entonces, a partir del cuarto día y hasta un máximo de un año, el empleado afectado puede cobrar el subsidio. Además, es posible prolongar el periodo de cobrar la baja 180 días. Sin embargo, la empresa es responsable para el pago del subsidio hasta un máximo de 20 días. A partir de entonces, se encarga el INSS o la Mutua.

Depende de si es enfermedad común o profesional: en caso de enfermedad común, la empresa pagará un 60 % de la base reguladora del empleado desde el día 4 hasta el día 20 de la baja. Si hablamos de enfermedad profesional, el empresario deberá pagar el 75 % de la base reguladora al empleado desde el día después de tramitar la baja.

La empresa efectuará los pagos con la misma frecuencia y periodicidad que normalmente. Entonces, el empleado en cuestión cobra la parte correspondiente de la base reguladora el día acordado con la empresa.

Se calcula dividiendo el importe de la base de cotización del trabajador entre 30, si el salario es mensual, o entre el número de días que tenga el mes si el salario es diario (28, 29, 30 ó 31).