11. agosto 2022

Luchando contra la fatiga laboral: cómo alcanzar el equilibrio entre trabajo y vida personal

Lisa Welp

Los smartphones, aplicaciones como Zoom o las redes sociales nos permiten estar más conectados que nunca. Desde una perspectiva profesional, esta conectividad nos da más flexibilidad y nos permite trabajar desde cualquier parte. Por ejemplo, podemos tener una reunión de trabajo en el tren, contactar con compañeros en remoto o trabajar en cualquier zona horaria… Las opciones son infinitas.

Pero esta flexibilidad y libertad también pueden resultar una barrera para desconectar del trabajo. Si siempre estamos disponibles, y no diferenciamos vida personal y laboral, ¿cuándo recargamos nuestras pilas?

Varios informes coinciden en el radical aumento de los niveles de estrés en el trabajo. Según la Organización Mundial de la Salud, los trabajadores están experimentando una excesiva e ingestionable carga de estrés, debido a las altas exigencias y a los cambios en el entorno laboral. En consecuencia, están aumentando los problemas de salud mental, incluyendo la fatiga laboral.

El equilibrio entre vida laboral y personal es algo que todos conocemos, y nunca ha sido más importante que ahora. Porque aborda especialmente lo que comentábamos: cómo lograr el equilibrio entre una conexión constante al trabajo y la necesidad de recargar energía y disfrutar de nuestra vida personal.

Sin duda, es más fácil decirlo que hacerlo. Y la responsabilidad recae tanto en el propio empleado como en el empleador. Hoy vamos a poner el foco en algunas estrategias que los empleados pueden llevar a cabo para tomar el control de la situación y equilibrar su vida.

Aunque sabemos que es más fácil decir que hacer, creemos firmemente que dar este pequeño paso en la dirección correcta ya merece la pena. Vamos a ello.

1. Gestiona tu tiempo

Una forma de gestionar mejor tu tiempo es bloquear espacios en tu calendario. Puedes destinar este tiempo a tareas específicas, como por ejemplo terminar un determinado proyecto o preparar tu próxima reunión.

Pero también puede tratarse de ‘bloqueos proactivos’ para cubrir tareas como consultar 30 minutos el correo cada mañana o darnos una hora a la semana para temas que surgen de forma improvisada.

Reservar espacios en el calendario te permite poner el foco en ciertas tareas durante un tiempo concreto, evitando que otros te ‘llenen’ con reuniones u otras tareas tu propio calendario. También es interesante marcar ‘tiempos extra’, para darte el tiempo y espacio que necesitas ante tareas inesperadas o proyectos fuera de control que pueden poner el día patas arriba.

En este proceso, puedes apoyarte en aplicaciones de gestión de tiempo como Todoist. Funciona como una lista de tareas con gestión del tiempo incorporada. De este modo, puedes hacer seguimiento sobre qué necesitas hacer y qué tiempo requerirá llevarlo a cabo.

2. Aprende a decir ‘NO’

Este consejo va unido a la gestión de tu tiempo. Gestionar tu capacidad real, y decir ‘no’ cuando no tienes tiempo, es una parte fundamental en tu batalla contra las jornadas sobrecargadas.

Decir que sí cuando sabes que no tienes tiempo es una mala decisión, en la que tú eres el primer perjudicado. Si no tienes capacidad para sacar algo adelante, simplemente no la tienes. No hay más.

Ser realista con el tiempo disponible es sólo el primer paso. En segundo lugar, y con una importancia similar, está comunicarlo. Cuéntaselo a tus compañeros, jefes o cualquier otra persona con la que tengas relación laboral, para que todos lo tengan claro.

Juntos valoraréis posibles soluciones, como por ejemplo contratar freelancers para aligerar tu carga de trabajo. O poner en común con tu responsable o el equipo qué tareas deben ser priorizadas.

El priorizar de este modo te ayudará a decir no a cosas menos importantes de tu lista de tareas. Asegurándote, además, de que estás invirtiendo el tiempo en lo realmente importante en ese momento.

3. Separarse activamente del trabajo

Da igual si trabajas en casa, en la oficina, en una cafetería a la vuelta de la esquina… Establecer paradas concretas y horas de inicio te ayudará a separarte activamente del trabajo.

Puede resultar difícil cuando trabajas en casa (porque tu oficina está literalmente en ella). También es complicado si tienes el email del trabajo o aplicaciones de chat instaladas en tu móvil. Pero hay que hacerlo.

Establecer, de verdad, una hora de parada implica dejar de leer correos o consultar Slack ‘por si acaso’, hasta que comience tu nuevo periodo de trabajo activo.

Incluso aunque tengas un horario flexible. Imagina que paras a las cinco de la tarde para pasar tiempo con tu familia, y vuelves a las nueve de la noche. Separarse del trabajo implica no trabajar bajo ningún concepto desde la hora de parada hasta la hora en la que vuelves a comenzar.

Cuando estás constantemente pensando en el trabajo en las horas de descanso estamos privando a nuestra mente – y a nuestro cuerpo – de la oportunidad de relajarnos y recargar pilas.

Una forma de evitar caer en esto es establecer hábitos que nos ayuden a entrar y salir del ‘modo trabajo’.

Por ejemplo, marca un espacio en tu casa que sea únicamente para trabajar. Cuando salgas de él, estás dejando también de trabajar. Si no tienes esta opción (o incluso si sí la tienes), apaga las notificaciones de apps y correo electrónico. Es la manera más sencilla de ayudarte a desconectar en tus horas de descanso.

Establecer unas rutinas postrabajo, como dar una vuelta o leer un libro, pueden también ayudar a tu mente a salir del ‘modo laboral on’. O, ¿por qué no nos ponemos elegantes? Viste ropa de trabajo aunque trabajes en casa. Pasar a ropa más informal puede ser otra buena alternativa para cambiar el chip y desconectar del horario laboral.

4. Reserva tiempo para la actividad física

Sabemos que tenemos que hacerlo, pero la mayoría de nosotros no lo hacemos lo suficiente. Tener tiempo para ejercitar nuestro cuerpo es clave para lidiar con el estrés y reducir sus efectos negativos sobre cuerpo y mente.

Realizar una carrera por la mañana o unos estiramientos por la tarde pueden robarte tiempo en tu calendario laboral. Pero volverás con energías renovadas para afrontar tu próxima tarea.

5. Pide ayuda

Por último, aunque no menos importante: ¡pide ayuda si lo necesitas! El estrés nos aísla y puede hacernos sentir que estamos solos. Pero la realidad es que cualquiera de nosotros experimenta periodos de mayor estrés con cierta regularidad.

Accede a todos los recursos disponibles. Desde tus compañeros de trabajo y jefes hasta pedir ayuda en el propio trabajo o a psicólogos. Es como recurrir a los servicios sanitarios cuando te rompes un hueso: algo inteligente y necesario.

Recuerda además que la prevención siempre es mejor que el tratamiento. Si te sientes sobrepasado pide ayuda cuanto antes en lugar de esperar a que sea tarde.

En Personio nos centramos en ofrecer la mejor experiencia para nuestro personal. Lo que incluye estar seguros de que cada miembro del equipo está dispuesto y tiene facilidad para crear un equilibrio saludable entre la vida personal y laboral.

También tratamos de facilitar varios beneficios relacionados con el bienestar, como por ejemplo ayudas para ir al gimnasio, 28 días de vacaciones y recursos para cuidar nuestra salud física y mental.

Además, contamos con PersonioFlex, que permite al empleado tener flexibilidad para elegir su equilibrio entre trabajo en oficina y remoto. Siempre adaptado a las necesidades individuales de cada trabajador.

Esta metodología llegó a ganar en 2021 el premio a la mejor Iniciativa de Trabajo a Distancia del año, en los Premios de Cultura Empresarial de Reino Unido.

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