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5. octubre 2022
9 razones por las que tu organización debería crear equipos autogestionados
En el libro de Frederic Laloux, ‘Reinventing Organisations’, se afirma que las organizaciones del futuro tendrán tres atributos clave: sus empleados aportarán todo su ser al trabajo, estarán impulsados por un propósito y sus equipos serán autogestionados.
Ese tercer atributo, la autogestión, puede ser el más complejo de aplicar, pero al mismo tiempo producir resultados impactantes. Aquí tienes todo lo que hay que saber sobre esta cuestión.
Índice
- 1¿Qué es un equipo autogestionado?
- 2¿Cómo funciona un equipo autogestionado?
- 39 razones por las que tu organización debería crear equipos autogestionados
- 4Cómo preparar a los líderes para los equipos autogestionados
- 5Cómo desarrollar un equipo autogestionado
- 6A tu disposición: Empieza a desarrollar equipos autogestionados hoy mismo
¿Qué es un equipo autogestionado?
Cuando una persona se autogestiona, no está bajo la dirección de una figura de autoridad. Al contrario, tiene plena autonomía y control sobre sus acciones, procesos y resultados.
En el lugar de trabajo, un equipo autogestionado es un grupo de empleados que trabajan en colaboración, para completar un proyecto o alcanzar un resultado definido con poca o ninguna supervisión directa de un jefe.
Es probable que muchos empleados de tu organización practiquen cierto grado de autogestión. Por ejemplo, los empleados experimentados confían en hacer su trabajo bien y a tiempo sin ser microgestionados. Pero aún así, ellos mismos informan sistemáticamente a un jefe de equipo o supervisor para que los oriente.
¿Cómo funciona un equipo autogestionado?
Los equipos autogestionados han aumentado su popularidad a lo largo de los años, ya que funcionan bien en los actuales entornos de trabajo colaborativos, creativos e híbridos. Algunas organizaciones pueden adoptar equipos autogestionados por necesidad, ya que reducen su tamaño y eliminan la necesidad de gerentes o supervisores.
Dado que estos equipos no cuentan con la orientación de un director, los empleados que los componen asumen la plena responsabilidad de su trabajo y sus procesos. El equipo es responsable de las tareas que normalmente se asignan a los directivos, como las evaluaciones de rendimiento, los procedimientos operativos y las contribuciones de gran alcance a la empresa.
Los equipos autogestionados suelen ser de menor tamaño, y con cada función claramente definida. Colaboran para completar sus tareas compartidas y superar los obstáculos para alcanzar su producción o resultado ideal.
Estos equipos adoptan un enfoque más específico y concreto para las reuniones, en lugar de realizar llamadas diarias de reunión o programar debates semanales sobre el proyecto. Dado que se requiere cierto liderazgo en estas reuniones, los equipos asignarán un facilitador para dirigir el debate. Sin embargo, el facilitador puede cambiar en cada reunión.
Los equipos autogestionados también suelen tener políticas de tiempo libre remunerado ilimitado. Esto encaja en su enfoque de autogestión, ya que se confía en que los empleados sólo se tomen vacaciones cuando su carga de trabajo y su equipo puedan soportarlo y no abusen de la política.
9 razones por las que tu organización debería crear equipos autogestionados
Pasar de la jerarquía directiva tradicional a los equipos autogestionados no es una tarea sencilla. Requiere de la participación de los empleados y de los directivos, así como recursos y tiempo. Pero cuando se desarrollan correctamente, estos equipos pueden inspirar la innovación, enriquecer las relaciones en toda la empresa y ayudar a la organización a alcanzar sus objetivos de forma rápida.
Si se quiere conseguir alguno de los siguientes retos, los equipos autogestionados son una opción para conseguirlo:
1. Los empleados desarrollarán nuevas habilidades
Trabajar en un equipo autogestionado permite a los empleados explorar habilidades poco desarrolladas. Por ejemplo, al trabajar en colaboración para planificar y ejecutar tareas, tienen la oportunidad de aumentar sus habilidades para resolver problemas, comunicarse y organizarse mejor.
2. Los empleados pueden probar nuevas funciones
En algunos equipos autogestionados, los empleados tienen la oportunidad de rotar por las diferentes funciones para aprender de sus compañeros y desarrollar habilidades totalmente nuevas.
Los empleados quieren aprender y crecer continuamente. Cuando su puesto o su desarrollo se estancan, pueden empezar a buscar oportunidades de trabajo en otra parte. En cambio, unirse a un equipo autogestionado proporciona un entorno de aprendizaje experimental y de intercambio de habilidades en el que pueden explorar con seguridad un nuevo papel dentro de la empresa y obtener conocimientos de sus compañeros.
3. Los empleados adquirirán habilidades de liderazgo
Los empleados de los equipos autogestionados tienen la oportunidad única de flexibilizar y desarrollar sus habilidades de liderazgo. Mientras que muchos empleados pueden no tener esta oportunidad en su papel habitual, trabajar en estos equipos autogestionados más pequeños pone a todos en igualdad de condiciones y les proporciona la oportunidad de liderar, asesorar o contribuir de nuevas maneras.
4. Los empleados se convierten en expertos
No todos los empleados quieren ascender en el escalafón y convertirse en directivos o líderes. Muchos quieren convertirse en expertos en su función o dominar una habilidad específica, y los equipos autogestionados son el entorno perfecto para ayudarles a conseguirlo.
Como los equipos son más reducidos, cada empleado tiene más participación que en una estructura de equipo tradicional. Son responsables del papel que desempeñan y adquieren una comprensión más profunda del trabajo de sus compañeros, el proceso y el producto final.
5. Se mejora la toma de decisiones
Los equipos autogestionados se benefician de tener varios puntos de vista y experiencias a los que recurrir, lo que aumenta la creatividad y conduce a un proceso de toma de decisiones más completo. Los miembros del equipo también se animan a tomar decisiones sin el consenso del grupo, siempre que hayan recibido el consejo de un experto y hayan consultado con los que se verían directamente afectados.
6. Los empleados están más motivados
El simple hecho de sentir que se forma parte de un equipo puede hacer que uno se sienta más motivado, y esa motivación aumenta cuando se trabaja por un objetivo compartido.
En los equipos autogestionados, cada miembro del equipo tiene asignadas tareas específicas. Como la responsabilidad individual recae sobre ellos, se sienten más motivados para hacer mejor su trabajo y garantizar el éxito del equipo en su conjunto.
En cambio, un empleado individual en un equipo tradicional puede no sentir esa motivación o responsabilidad porque no está colaborando tan íntimamente o tan conectado con los miembros de su equipo.
7. Los empleados se comprometen más
Normalmente, los empleados son seleccionados para formar parte de un equipo autogestionado porque poseen cualidades de autogestión, tienen las habilidades adecuadas y el proyecto o resultado se alinea con sus intereses o experiencia.
Ser elegido para formar parte de un equipo basándose en esas cualidades haría que cualquier empleado se sintiera más seguro en su trabajo y capacitado para dar lo mejor de sí mismo. Además, asignar a un empleado a un proyecto que se alinea con sus intereses o experiencia aumentará automáticamente su compromiso, puesto que ya está dentro de su campo de acción.
8. Es más eficiente
En un entorno de equipo típico, el objetivo de la organización se transmite a un gerente, que a su vez lo traslada a su equipo y dicta al grupo cómo debe trabajar para lograr el objetivo.
En estos escenarios, el éxito del equipo puede verse obstaculizado por el director si no da a sus trabajadores suficiente información o autonomía. El ‘por qué’ del trabajo puede perder importancia si no se comunica adecuadamente, lo que merma la motivación del equipo.
Pero en un equipo autogestionado, los trabajadores saben cómo utilizar mejor su tiempo, habilidades y recursos para trabajar juntos y alcanzar el objetivo sin intermediarios. El objetivo -y el ‘por qué’ de su trabajo- es también mucho más claro, ya que reciben la información directamente de los dirigentes.
Estos equipos también requieren menos supervisión, por lo que el posible gerente o supervisor puede dirigir su atención y tiempo a un proyecto o departamento diferente.
9. Es más rentable
Como los equipos autogestionados son más eficientes y productivos, ahorran tiempo y dinero a su organización.
Las organizaciones también ahorran dinero en los costes de contratación, formación y retención de un supervisor o gerente y pueden reasignar esos fondos a otras áreas de la empresa.
Cómo preparar a los líderes para los equipos autogestionados
Aunque los equipos autogestionados no tienen un líder que los dirija desde dentro, el liderazgo sigue desempeñando un papel crucial en su éxito:
La organización debe tener unos objetivos y valores claramente definidos que sirvan para inspirar y guiar a un equipo autogestionado.
Los líderes deben mostrar confianza en los miembros de su equipo. Dejar de lado el típico estilo de gestión descendente. Requiere renunciar al control y confiar plenamente en sus empleados.
Los líderes deben ser transparentes con sus equipos, compartiendo información vital para profundizar en su confianza y alinearlos con los objetivos de la organización.
El papel del líder externo
En algunas organizaciones, los equipos autogestionados cuentan con un líder externo que actúa como enlace entre ellos y el equipo directivo, ayuda al equipo a adquirir recursos y presenta sus conclusiones a los ejecutivos.
Los líderes externos son responsables del éxito y del rendimiento de uno o varios equipos autogestionados. Es un papel complicado, ya que deben guiar al equipo hacia su objetivo sin sobrepasar sus límites ni microgestionarlos.
Uno de los principales objetivos de un líder externo es establecer relaciones sólidas con el equipo ejecutivo y el equipo autogestionado. Una vez que establece relaciones de confianza con ambas partes, ayuda al equipo autogestionado a desarrollar una relación directa con el liderazgo. Esto permite al líder externo dar un paso atrás y reducir su participación.
Cómo desarrollar un equipo autogestionado
Pasar de la jerarquía directiva tradicional a los equipos autogestionados puede ser un reto para algunas organizaciones. Aunque hay menos líderes en estos equipos, sigue habiendo una estructura que debe seguirse al desarrollarlos:
1. Identificar a los empleados con características de autogestión
El éxito de los equipos autogestionados requiere un compromiso y un interés serio por parte de los que se incorporan a ellos. Los empleados que prosperan en la autogestión suelen tener estas características:
Impulso: toman la iniciativa y avanzan con confianza sin la dirección de un superior. Como miembros de un equipo autogestionado, deben ser capaces de apropiarse de su progreso y empujarse a sí mismos (y a su equipo) hacia adelante con automotivación.
Confianza - Deben mostrar confianza en sus habilidades, en la organización y en los miembros de su equipo. En un equipo autogestionado, la confianza hace que las ideas fluyan libremente, ya que los miembros del equipo se sienten más cómodos compartiendo sus pensamientos y preocupaciones sin ser juzgados.
Toma de decisiones eficaz - Toman decisiones bien pensadas y han demostrado una gran capacidad de decisión. Tienen en cuenta puntos de vista alternativos para tomar una decisión informada.
Conocimiento de sí mismo - Conoce sus capacidades y límites y se remite a sus compañeros de equipo cuando es necesario. Buscan constantemente oportunidades para aprender cosas nuevas y desarrollar sus habilidades.
Comunicación sólida - Ayudan a cultivar un entorno que promueve la comunicación abierta. Expresan sus opiniones, incluso en contra, siempre que sirvan para el bien del equipo. Escuchan las preocupaciones y respetan las experiencias de los miembros de su equipo.
2. Aclarar y compartir el objetivo de la organización
Antes de crear un equipo autogestionado, se debe confirmar con la dirección. Comunica a tu equipo los objetivos empresariales de la organización y establece formas de medir y controlar su rendimiento.
3. Ofrece formación y creación de equipos
Algunos empleados pueden necesitar formación técnica relacionada con el proyecto, o formación sobre cómo trabajar en un equipo autogestionado (por ejemplo, un curso sobre resolución de conflictos). Si los miembros del equipo no se conocen entre sí, se pueden coordinar prácticas y eventos de creación de equipos para ayudarles a crear confianza y mejorar su comunicación.
4. Póngalo en manos del equipo
A continuación, el equipo trabajará conjuntamente para establecer sus objetivos específicos, definir sus funciones y responsabilidades y perfilar su proceso. Un líder externo asesorará durante este tiempo, según sea necesario.
5. Mantener el equilibrio
Todos los miembros del equipo deben recibir un trato equitativo y una compensación justa. En los equipos autogestionados, las empleadas tienen más probabilidades de experimentar una desigualdad salarial. La empresa debe asegurarse de que cada miembro del equipo contribuya según lo previsto, se sienta capacitado y tenga las mismas oportunidades.
6. Revisa su rendimiento
Los equipos autogestionados no requieren un feedback constante por parte de un supervisor o gerente, pero aún así hay que programar revisiones de desarrollo del rendimiento para medir su progreso.
Utiliza estas revisiones para discutir métodos de mejora de sus procesos o funcionalidades, para asegurarte de que se ajustan al alcance, al calendario y al presupuesto, y para celebrar sus éxitos.
A tu disposición: Empieza a desarrollar equipos autogestionados hoy mismo
¿Pueden todos los equipos de tu organización tener éxito como equipos autogestionados? Quizá no, dependiendo de los objetivos, el sector y los empleados. Pero con la estructura y el apoyo adecuados, la autogestión puede aportar procesos innovadores, experiencias enriquecedoras en el lugar de trabajo y una conexión más profunda con el trabajo.