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6. febrero 2024
¡Socorro, mi trabajo se ha convertido en el Día de la marmota!
Silvia Escribano - Leader coach, Speaker internacional e Impulsora del bienestar y la felicidad organizacional
Ana y Sara trabajan en el departamento de recursos humanos de su empresa y ninguna es feliz en su puesto de trabajo. Ana tiene muchas ideas para mejorar su trabajo, pero se siente desaprovechada y desmotivada al tener que cargar con tareas rutinarias que le absorben todo su tiempo. Sara, su jefa, piensa que Ana es una persona poco comprometida con la compañía y poco capacitada para desarrollar proyectos de más calado. Además, se siente presionada por sus superiores, que le piden hacer malabares con las prioridades del departamento, pero no le proporcionan ni los recursos ni el tiempo necesarios para realizar su trabajo. Las dos son víctimas de una carencia muy frecuente en la cultura empresarial de una compañía: la felicidad organizacional y el bienestar corporativo.
Lo que les ocurre a las dos trabajadoras de esta historia es algo que sucede con frecuencia en los departamentos de recursos humanos. Según el estudio de Personio, cuando se preguntó a los directivos de estos departamentos qué podía estar impidiéndoles centrarse en el trabajo proactivo y estratégico, un 33% opinó que se les imponían muchas prioridades, pero no se les daba ni el tiempo ni los recursos para llevarlo a cabo; el 22% se lamentó de que “el liderazgo sénior no informa a RR. HH. ni les invita para asesorarle sobre decisiones críticas relacionadas con las personas”, y un 21% manifestó que había falta de comprensión del trabajo de este departamento entre la directiva y los empleados. Y es que la comunicación entre empleados y directivos es fundamental para alcanzar ese bienestar. Solo así es posible alinear las metas individuales de los trabajadores con las de las empresas. Y no es algo baladí, porque cuando una compañía lo convierte en el punto fundamental de su cultura empresarial, la productividad de su plantilla crece entre un 30 y un 40%. Las personas felices pensamos mejor, somos más creativas y más innovadoras.
Cerrar la brecha entre RR. HH. y CEO
Para determinar el impacto exacto, Personio ha recopilado las opiniones de más de 4.500 gerentes de RR. HH. y 2.200 ejecutivos en toda Europa
Descarga el estudio ahoraEse bienestar se asienta sobre tres pilares fundamentales: la comunicación, la inteligencia emocional y la gestión de conflictos. El trabajador que tiene claros sus objetivos y capacidades debe comunicar a la organización qué necesita para poder desarrollarlos y poner su valía a su servicio. La compañía, por su parte, debe estar dispuesta a escucharle y a preguntarle qué necesita. Y a partir de ahí, proponer acciones que resulten interesantes para sus empleados. Además, sus directivos deben contar, igualmente, con herramientas que les permitan a ellos y a sus equipos desarrollar su crecimiento personal y profesional.
Según el estudio citado, el 73% de los directivos de recursos humanos señala que sus equipos necesitan estar al día con la demanda de datos y análisis. Y un 55% afirma no estar seguro de que su departamento tenga las habilidades tecnológicas requeridas para desempeñar su labor, lo que supone un problema. De ahí la importancia de implantar una herramienta tecnológica de gestión de recursos humanos como puede ser Personio. ¿Por qué? Porque permite a los equipos de trabajo dedicar más tiempo a lo que realmente importa. Y, además, se puede probar de manera gratuita antes de tomar la decisión.
Personio automatiza tareas manuales y administrativas lo que redunda en un aumento de la productividad y permite a este departamento focalizarse en el activo más valioso de su empresa: las personas. Gracias a él, una empresa puede ahorrarse una media de 60 horas al mes que pueden dedicarse a otros proyectos de más valor. Y al liberar a los empleados de trabajos tediosos y desmotivadores, les incentiva y les permite desarrollar sus habilidades.
En definitiva: usar la tecnología para mejorar nuestra calidad de vida y situar a las personas en el centro. Recuerda que, cuando nos sentimos cuidados en el trabajo, la felicidad y la paz mental llegan solas. Estoy convencida de que Ana y Sara vivirían mucho mejor.